domingo, 27 de noviembre de 2016

Relación con el temperamento



El apego es resultado de la interacción entre un infante con su madre, por tanto las características del niño pueden influir en la seguridad del apego que se ha establecido. Hay factores externos al control de los infantes como lo es el bajo peso al nacer, ser prematuro, y ciertas enfermedades que requieren en consecuencia más cuidados de los padres, y en familias de riesgo pueden llevar a un tipo de apego inseguro. Desde este punto de vista, es razonable pensar que el temperamento del niño puede influir en el tipo de apego que llegue a establecer. Existen diferentes posturas.
Una primera postura considera que algunas características temperamentales del niño pueden afectar a su comportamiento y sus reacciones en la situación del extraño, y por lo tanto a su clasificación en un tipo de apego. Por ejemplo, un niño irritable es probable que experimente más malestar ante la separación, y que busque más contacto cuando vuelva la madre, aunque sin llegar a calmarse. Esta reacción sería independiente de las características de responsividad y sensibilidad de su madre.

Hay otra hipótesis sobre las relaciones entre temperamento y apego es la que plantea el modelo de bondad de ajuste (Thomas y Chess, 1977), referida a la interacción entre las características temperamentales del niño y las características de los padres. Donde ciertos rasgos del niño pueden influir en el tipo de interacción adulto-niño y, por tanto, en la seguridad del apego, pero en función de la personalidad y circunstancias del adulto. Por ejemplo, la irritabilidad en el niño puede suscitar respuestas completamente diferentes en dos personas de distintas características de personalidad, o con distinto apoyo social, etc.

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